La educación no se restringe a los aspectos que nuestros padres o tutores nos transmiten. Mucho menos debe observarse como el acto formal dentro de un aula de una institución educativa creada con ese fin. La educación se puede dar en cualquier ámbito, por ello, y atendiendo a alguna acepción del nombre de este blog, sobrEducación, me permito comentar situaciones cotidianas, las que si estuvieran sometidas a una evaluación como sucede en las escuelas con las actividades de los estudiantes, merecerían aprobación o reprobación.
Me llama sobremanera la atención que la historia se vea como una colección de nombres y fechas en vez de aprender de ella, recordar los hechos y no repetir lo que este alejado de una bondad para un cierto grupo social.
Así, podemos leer en la Biblia como el pueblo judío fue llevado a la esclavitud a través de cobros indebidos solapados en todos los tiempos por los que “ostentan” el poder. Hoy, más de dos mil años después, la historia se repite tanto que mundialmente se ha sufrido una crisis que puede tener muchas explicaciones pero que sólo le hallo una real: Los que tienen dinero, los que realmente gobiernan a los pueblos, se cansaron de no recibir los pagos que exigen y que supusieron podrían recibir. Para algunos, incluyendo a los tales, se les escapa una realidad: pagan, puesto que muchos son empresarios, una miseria que no alcanza para sobrevivir y, sin embargo, quieren vender lo que producen en aras de un globalizado consumismo. He ahí la paradoja. Y se extrañan que la gente mal utilice las tarjetas de crédito por decir algún producto con el que quieren arrebatar más de lo que tiene una persona común. Podrá no ser del todo correcto, pero “a quién le dan pan que llore”.
Pero bueno, la intención no es juzgar injusticias. Eso lo hacemos todos los días en el trabajo, en el café, etc. Mi comentario se centra en reconocer que mi dinero en sus manos produce intereses, por así llamarlos, ínfimos, misérrimos, cercanos al 1% mensual. Sin embargo, su dinero en mis manos produce casi el 10% mensual, es decir, se duplica y más, si “Pitágoras no falla” al cabo de un año. Otro ejemplo: las afores, el fondo de retiro mexicano, que ha sacado del hoyo económico profundo a muchos países incluyendo a México, ¿cuánto interés genera? Es mas, te cobran hasta por cuidártelo como si su almacenaje no fuera muy apreciado por ellos. ¿Por qué no observan que los deudores de tarjetas también le guardan su dinero a los bancos? ¿Por qué se desesperan por cobrar si su dinero está seguro con ellos y que algún día, tal vez no tan cercano les será regresado?
Dos cristales con que se observan fenómenos similares. La óptica es reconocible, el préstamo de dinero es un negocio que debe proporcionar réditos como cualquier empresa, pero pingüe negocio es actualmente, ¡el mejor de los negocios! Bueno hasta que las circunstancias hacen que se presente un regresar a sus cauces a las aguas que se desvían artificialmente. Explicaré: el hombre construye diques, seca lagunas y aprovecha cauces “secos” como el del río Santa Catarina en Monterrey, N.L., pero cuando llega la época de lluvias y ciclones, todo es recuperado por las aguas. Una situación natural como las instintivas de los humanos: Estados Unidos se apropió de muchos terrenos fronterizos y dígame como está de poblado por mexicanos o chicanos. Espero darme a entender, pues mientras ficticiamente el que tiene dinero pone sus reglas tan ilógicas como inhumanas, la situación se le revierte de manera casi natural.
Lo peor es que dentro de todo el perdedor sigue siendo el pueblo que espera y espera a ese Mesías que lo lleve a la tierra prometida, pero en vez de que levante su báculo para que sólo pase el pueblo alejándose de su esclavitud pasada y presente, y se hunda el ejército del faraón, ahora espera que ese iluminado al menos baje los intereses de los bancos, o similares, para que sea más pareja la situación de mi dinero en sus manos y su dinero en las mías.
jueves, 1 de octubre de 2009
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