jueves, 1 de octubre de 2009

Mi dinero en sus manos, su dinero en mis manos

La educación no se restringe a los aspectos que nuestros padres o tutores nos transmiten. Mucho menos debe observarse como el acto formal dentro de un aula de una institución educativa creada con ese fin. La educación se puede dar en cualquier ámbito, por ello, y atendiendo a alguna acepción del nombre de este blog, sobrEducación, me permito comentar situaciones cotidianas, las que si estuvieran sometidas a una evaluación como sucede en las escuelas con las actividades de los estudiantes, merecerían aprobación o reprobación.
Me llama sobremanera la atención que la historia se vea como una colección de nombres y fechas en vez de aprender de ella, recordar los hechos y no repetir lo que este alejado de una bondad para un cierto grupo social.
Así, podemos leer en la Biblia como el pueblo judío fue llevado a la esclavitud a través de cobros indebidos solapados en todos los tiempos por los que “ostentan” el poder. Hoy, más de dos mil años después, la historia se repite tanto que mundialmente se ha sufrido una crisis que puede tener muchas explicaciones pero que sólo le hallo una real: Los que tienen dinero, los que realmente gobiernan a los pueblos, se cansaron de no recibir los pagos que exigen y que supusieron podrían recibir. Para algunos, incluyendo a los tales, se les escapa una realidad: pagan, puesto que muchos son empresarios, una miseria que no alcanza para sobrevivir y, sin embargo, quieren vender lo que producen en aras de un globalizado consumismo. He ahí la paradoja. Y se extrañan que la gente mal utilice las tarjetas de crédito por decir algún producto con el que quieren arrebatar más de lo que tiene una persona común. Podrá no ser del todo correcto, pero “a quién le dan pan que llore”.
Pero bueno, la intención no es juzgar injusticias. Eso lo hacemos todos los días en el trabajo, en el café, etc. Mi comentario se centra en reconocer que mi dinero en sus manos produce intereses, por así llamarlos, ínfimos, misérrimos, cercanos al 1% mensual. Sin embargo, su dinero en mis manos produce casi el 10% mensual, es decir, se duplica y más, si “Pitágoras no falla” al cabo de un año. Otro ejemplo: las afores, el fondo de retiro mexicano, que ha sacado del hoyo económico profundo a muchos países incluyendo a México, ¿cuánto interés genera? Es mas, te cobran hasta por cuidártelo como si su almacenaje no fuera muy apreciado por ellos. ¿Por qué no observan que los deudores de tarjetas también le guardan su dinero a los bancos? ¿Por qué se desesperan por cobrar si su dinero está seguro con ellos y que algún día, tal vez no tan cercano les será regresado?
Dos cristales con que se observan fenómenos similares. La óptica es reconocible, el préstamo de dinero es un negocio que debe proporcionar réditos como cualquier empresa, pero pingüe negocio es actualmente, ¡el mejor de los negocios! Bueno hasta que las circunstancias hacen que se presente un regresar a sus cauces a las aguas que se desvían artificialmente. Explicaré: el hombre construye diques, seca lagunas y aprovecha cauces “secos” como el del río Santa Catarina en Monterrey, N.L., pero cuando llega la época de lluvias y ciclones, todo es recuperado por las aguas. Una situación natural como las instintivas de los humanos: Estados Unidos se apropió de muchos terrenos fronterizos y dígame como está de poblado por mexicanos o chicanos. Espero darme a entender, pues mientras ficticiamente el que tiene dinero pone sus reglas tan ilógicas como inhumanas, la situación se le revierte de manera casi natural.
Lo peor es que dentro de todo el perdedor sigue siendo el pueblo que espera y espera a ese Mesías que lo lleve a la tierra prometida, pero en vez de que levante su báculo para que sólo pase el pueblo alejándose de su esclavitud pasada y presente, y se hunda el ejército del faraón, ahora espera que ese iluminado al menos baje los intereses de los bancos, o similares, para que sea más pareja la situación de mi dinero en sus manos y su dinero en las mías.

martes, 29 de septiembre de 2009

¿Cuál es la función de un prefecto?

También llamado supervisor, la labor de un prefecto está en mi mente de manera confusa, a pesar de mis más de veinte años de desempeñarme como docente.
Un día, llegaba a una de las instituciones en las que laboro y al ir avanzando hacia el interior, una madre de familia le pregunta al prefecto que en ese momento se encontraba en la entrada:
¿Y, usted que función tiene?
A lo que el prefecto responde sin titubear: Yo checo que los maestros estén en clase ,,,
Siguió mencionando encomiendas que según él desarrollaba, pero esas palabras iniciales han “caniqueado” en mi cerebro, sobre todo porque sí creen que esa es su función principal (sic, así ponen en los comics cuando algo suena a mentira o broma).
He revisado dos que tres organigramas de escuelas y en ningún momento el prefecto tiene una jerarquía superior al docente. Lo más que he observado es que su labor es totalmente paralela.
¿De dónde surge la confusión de la función del prefecto?
Quizá debido a ese “currículo oculto” que se da cuando el maestro para no presentar ciertos retardos, admite sugerencias y comentarios del prefecto. Dichos retardos, y a veces faltas, que surgen de una actividad que sí le corresponde al prefecto y que es la de verificar que los alumnos estén en clase: Se forma un acuerdo tácito, que en la psique del prefecto se va transformando en un poder y un pensar que él es el que debe vigilar al maestro.
Puede ser, por otro lado, que nunca el coordinador o administrador educativo, se haya “molestado” en leer el manual de funciones y por lo tanto sobrevalore las actividades que debe realizar el prefecto y también confunda el reporte de retardos, o faltas, con una supervisión directa, del prefecto, hacia el docente. En realidad, analizo que la supervisión de la impartición de clases es una labor que de manera paralela incide en la actuación del docente, pero es función del administrador, con jerarquía superior dentro del organigrama al docente, transformar ese reporte del prefecto en la consecuencia para el docente.
En conclusión, a mi manera de entender, la función del docente y del prefecto son paralelas y en tal orden que coadyuven al adecuado funcionamiento y disciplina de las actividades escolares.
El organigrama lo muestra, o, ¿es posible que un prefecto, con, en la mayoría de los casos menor preparación pedagógica y didáctica, pueda tener una jerarquía sobre el docente?

lunes, 28 de septiembre de 2009




Introducción al blog. Saludos.

La educación es México es muy importante, pero todos opinamos y criticamos: a los administradores gubernamentales de ella, a los maestros, a los editores de libros de primaria, etc., pero muchas de las veces es de manera aguda pero no constructiva y mucho menos propositivamente.
Este espacio se crea para poder comentar desde adentro, puesto que soy docente en dos escuelas, muchas de las cosas que suceden y permítaseme disentir en muchas ocasiones, de lo que es la vox populí, lógicamente en otras la realidad me hará reafirmar ciertas opiniones.
El título me pareció muy sugerente y antes de mi segunda intervención les propongo que reflexionemos todo lo que puede dar y la amplitud que le posibilita a las intervenciones dentro de este blog.
Saludos.